Ante la temática de nuestro post de hoy, cabe una pregunta anterior:
¿Cuándo se puede considerar que un vehículo está abandonado en la vía pública y así poder tratarlo como un residuo sólido?
La Ley de Seguridad Vial, en sus artículos 84, 85 y 86, regula la inmovilización, retirada y depósito, así como el tratamiento de residuo sólido de un vehículo, respectivamente. Las causas por las que se puede inmovilizar un vehículo son varias: que circule sin la documentación, que presente deficiencias que hagan peligrosa su circulación, que el conductor circule sin el casco o que de positivo en un control de drogas o alcoholemia, o que el vehículo contamine por encima de los niveles permitidos.
La retirada y depósito de un vehículo, también atiende a unas causas condicionantes. Las más comunes son: obstaculizar la circulación de vehículos o peatones (doble fila o estacionado en la acera), o bien estar estacionado en una zona no permitida o reservada para personas con discapacidad.
¿Cuándo se considera como abandonado un vehículo que se encuentre estacionado en la vía pública? Dependiendo de la Comunidad Autónoma donde nos encontremos, varían estos criterios pero, en general, hay cuatro causas que lo determinan:
– Llevar más de un mes sin moverse en la vía pública.
– No tener la ITV, los seguros y el impuesto de matriculación al día.
– Tener una avería que le impida moverse de su estacionamiento de la vía pública.
– Estar estacionado en la vía pública y carecer de placas de matrícula.
Una vez recibida la notificación de la existencia de un vehículo posiblemente abandonado, el ayuntamiento debe iniciar un procedimiento administrativo, con un mes de plazo, para verificar el estado del vehículo e intentar contactar con su titular. Debemos ser conscientes de que abandonar un coche está considerado falta grave y, como tal, puede ser sancionado con una multa entre los 600 y los 3.000 €.
Si pasado un mes el propietario sigue sin retirar su vehículo, lo hará la propia autoridad competente, llevándolo a un depósito donde permanecerá durante dos meses más y se intentará volver a contactar con el dueño.
Si éste no recurre la situación en la que se encuentra el vehículo, pasará a convertirse en residuo sólido urbano, con lo que el ayuntamiento habilitará su desmontaje y reciclado del sistema de líquidos y la batería, para proceder a su destrucción y desguace.
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